Una página web se ha convertido en el escaparate de las empresas y no tan solo importa tener nuestra información sino como la mostramos y que comunicamos en detalles como el diseño, la disposición de los menús, etc.
Se habla mucho de la web 2.0 y algunos ya apuntan la web 3.0, pero ¿realmente las webs que dicen ser 2.0 lo son? Primero de todo, a mi entender 2.0 significa que ya hemos cubierto unos mínimos del 1.0 como que sea fácil de navegar y tenga toda nuestra información relevante al menos en algún lugar. Lo digo porque muchos se emocionan dotando de aspectos 2.0 a la web sin tener claros principios básicos que ya se tendrían que haber solucionado. Otro hecho a destacar que 2.0 no significa poner los logos de los perfiles sociales o los botones de compartir en todas las zonas de la web. A mi entender, los botones de compartir tienen sentido en ciertas zonas como noticias o novedades, pero tiene poco sentido en zonas de contenido estático, pero eso sería debatible.
2.0 significa que hemos hecho un paso hacía la interacción con el usuario y hemos dotado de funcionalidades nuestra web para crear el engagement suficiente para que el usuario vea interesante volver. Si siempre tenemos los mismos contenidos el usuario no tendrá motivación para volver pero si intuye que es una web viva y recibe distintos impactos en redes sociales o comunicaciones, maximizaremos la posibilidad que pueda volver. Por ejemplo en la web de Aitana disponemos de una serie de funcionalidades como el registro a eventos desde nuestra propia web que después podrá ver en la zona de Mis eventos, lugar donde podrá acceder el día del evento si es online. Ejemplo de Zona de mis eventos
Pero otro aspecto importante dada la irrupción de tablets y smartphones es que nuestra web sea accesible desde cualquier dispositivo. Nuestros usuarios ya pueden llegar desde cualquier lugar y siempre deberemos de tener una web adaptada para poder visualizar su contenido y no perder detalle. Nuestra web está diseñada con la innovadora WebGrid que adaptada el contenido dependiendo de la resolución con la que accedamos. El reto ya no es diseñar una web sino llegar al equilibrio que en todas las resoluciones tengamos una vista bien encajada. No es fácil, pero si lo conseguimos podremos decir que nuestra web es accesible.
En definitiva, una web 2.0 tiene muchos más retos de los que muchas veces vemos en tutoriales para programadores, pero tenemos que pensar que nuestras webs serán vistas por nuestro público objetivo y si tenemos sucia o desordenada nuestra tienda es posible que nuestros clientes hablen mal de nosotros y no vuelvan!