Muchas empresas siguen con un camino erróneo para llegar al consumidor, la obsesión por vender les hace hablar del precio, de infinitas características, de promociones sin sentido, etc.
Aún no han entendido que el hecho de vender es una acción cada vez más sentimental que racional. Todos nos empeñamos por luchar por la racionalidad del hecho de venta ofreciendo precios muy ajustados, dando un alarde de detalles de las bonanzas del producto pero, ¿quién compite en el campo de las emociones? Apple empezó hace ya mucho tiempo a hacer publicidades 100% emocionales donde el producto es lo de menos. Para mi la mejor expresión de esto es el anuncio del lanzamiento del iPad mini
Es la perfección de un spot emocional sin ninguna dosi de racionalidad. Ni nos cuentan el precio, ni sus características, ni lo que puedes llegar a hacer. Simplemente que es un iPad en pequeño y puede ser el complemento perfecto.
Microsoft ha empezado a seguir ese camino y ya podemos ver vídeos futuristas donde tampoco muestran que es el Office porque todo el mundo conoce que es, pero nadie sabe hasta donde puede llegar. No es realidad ni tendremos esto cuando adquiramos el nuevo Office pero nos abre la mente imaginando ese futuro que a veces ya es más próximo.
Esa parece la tendencia de las dos grandes marcas de tecnología y no tardaremos en ver más ejemplos porque está visto que el consumidor en un época donde las noticias económicas negativas inundan la programación necesita ver que el dinero que invierta en esos productos le genere felicidad o al menos le saque una sonrisa cuando esté pensando en adquirirlo.
En el campo del gran consumo cada vez vemos más fácil esos ejemplos, pero queda mucho recorrido en el campo profesional donde no olvidemos que la decisión sigue siendo de personas con sus sentimientos y emociones y sabiendo de la racionalidad de la decisión por sus accionistas o directivos, necesita de un impulso emocional para la decisión final.