El lenguaje musical para evitar malinterpretaciones en el humor

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Cuando quieres escribir en clave de humor, debes ir con mucho cuidado en ciertos aspectos digamos políticamente incorrectos que pueden destrozar tu broma.

Creo que vamos mal cuando debemos matizar siempre cuando hacemos una broma, que está hecha sin necesidad de ofender a nadie, que se ha malinterpretado el mensaje, etc.

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Por suerte, el lenguaje musical fue más avanzado y para evitar repeticiones y dejar claro desde el principio el propósito de la partitura incluyó la clave, la armadura, el compás, etc.

Para aquellos que no hagáis estudiado solfeo y para explicarlo de una manera rápida, la clave se pone al principio de cada pentagrama ( diríamos bloque de 5 líneas donde ponemos notas ) para indicar que todas las notas que pongamos a partir de ahora se rigen por la clave de sol. Por ejemplo, si ponemos una nota en la segunda línea comenzando por debajo, será el sol y todas las otras se regirán por este orden. O sea que todo músico sabe si ve una nota en la tercera línea comenzando por debajo, es un si.

Chopin_Kontredans

La armadura evita las repeticiones que hablaba al principio. Si todas las notas do en la partitura van a ser sostenidas porque la partitura está escrita en la escala de La, si ponemos el símbolo que va al lado de la clave, un músico ya entiende que todas las notas do que siguen son sostenidas. No hace falta que vaya escribiendo el compositor un símbolo sostenido al lado de cada do.

Además ponemos el compás como se indica en la imagen, que seria para explicarlo de una manera muy rápida, la organización de la acentuación. Lo que sería el tilde en una palabra, para entendernos rápido. Y para ya no dejar ni una duda, se marca el tempo de la partitura, en el caso de la imagen, Allegretto, o sea, de un modo más o menos rápido.

Con eso quiero explicar muy por encima como el lenguaje musical  blinda la interpretación de sus partituras, para que todo músico sepa exactamente lo que quiere el compositor. Ahora bien, cada músico podría hacer suya la partitura y interpretarla a su gusto, pero ya no hablaríamos de la misma partitura, sino de una partitura nueva.

En cambio en el lenguaje que utilizamos para comunicarnos, nos encontramos que el mensaje del emisor puede llegar con una interpretación muy diferente al receptor. Dependiendo de la interpretación del propio receptor puede entenderse mal el mensaje sino es que el emisor utilice el recurso de repetir cada 5 minutos ( «es en broma, ¡eh!», «sin ofender», «yo no soy…, pero es que…» ).  El lenguaje escrito queda muy pobre sin una ayuda del lenguaje digamos hablado, donde si tiene más riqueza comunicativa. Y para rizar el rizo, en la era de las redes sociales, sacamos de contexto ciertas expresiones que vistas en un titular pueden animar a muchos tuiteros a comentar, pero cuando escuchas toda la explicación te das cuenta que no era verdaderamente así. ¿A que nadie se arriesgaría a tocar un fragmento de una composición clásica dejando de seguir las pautas de la partitura? Más que nada porque pensarían que estamos desafinando y sería estridente para los oídos, entonces, ¿por qué lo hacemos con el lenguaje digamos humano? No quiero pecar de ingenuo y se la respuesta, pero la dejaremos sin responder…

Todo escrito de humor debería utilizar el recurso musical para dejar muy claro que el humor es un reflejo de la inteligencia tanto para el emisor, como para el receptor.

La languidez y sus cosas Yo, mi, me, contigo

Hace unos días leí un artículo de el NewYork Times muy interensate sobre la languidez. Al leerlo me di cuenta que muchos de los síntomas que hablaba el artículo me estaban pasando en esos momentos. Una de las cosas que más me gustó es que decía que lo importante era ponerle nombre a las cosas. Que una vez le poníamos nombre nos podíamos aliviar un poco, ya que ya sabíamos cómo tratarlo. Que después consiguiéramos superarlo o mejor dicho sobrellevarlo ya "son figues d'un altre paner" como decimos en catalán, que he buscado en internet y en castellano se dice "harina de otro costal". Que curioso, en catalán hablamos de higos y en castellano de harina. Ya me ha picado la curiosidad y he buscado como se dice en otros idiomas. En inglés es "It’s a different kettle of fish" que literalmente sería "esto es un hervidor de pez diferente" o también se dice “It’s a horse of a different color“, aquí ya no va relacionado con comida, ya hablan de caballos y colores. Que me deciís de los franceses, por proximidad tendrían que hablar de higos o comida, pues no, se van "con la música a otra parte" y hablan de “c’est une autre paire de manches”, es otro par de mangas. "Éramos poco y parió la abuela", pero que estos no hablan ni de comida, ni de ánimales y colores, que hablan de mangas de una camiseta. Los franceses siempre han ido muy ligados a la moda y nosotros hablando de higos. Los italianos podrían hablar de harina, ingrediente básico de su pasta, pero no, deciden hablar de peces como los ingleses, "è un altro paio di maniche", es una olla de pescado diferente. Los italianos e ingleses, pueblos hermanos a ráiz de esta frase hecha. Debería investigar esta relación, pero ya sabes, la languidez. ¿Y los alemanes? "ein ganz anderes Paar {n} Schuhe" (perdón mi alemán de Mallorca, será por mi apellido mallorquin), los alemanes a lo suyo hablando de zapatos. Puede que surgiera en la época de la lucha de los dos hermanos Adolf y Rudolf Dassler, fundadores de Adidas y Puma respectivamente. Bueno, después de perder el hilo, volvemos a centrarnos en nuestro tema. Otro de los síntomas de la languidez, la falta de concentración. Ya la cabeza de por se se va "por los cerros de Úbeda", nooooooo, más expresiones no. Centrémonos. Pues eso, la languidez, mal surgido de la pandemia a la que le hemos puesto nombre como muchas otras cosas que pasan sin darnos cuenta. Ponerle nombre tiene un problema también, que ahora todo el mundo sufre de languidez. Y a cualquier falta de ánimo por desidia, vagueria o falta de motivación, le vamos a decir que la languidez lo ha atrapado y ya vamos a tener excusa. "Es que el pobre sufre de languidez", "esto es la languidez, ya sabes", "tenemos que hacer algo con esto de la languidez". Saldrán remedios, grupos de terapia y charlistas que ampliarán su título de coach para ser "expertos en languidez. O mejor aún, "Pilates contra la languidez". Y los más originales descubriran que nadar con delfines es buenísimo para la languidez. En definitiva, tenemos que poco a poco ir superando el peor mal de esta pandemia, el distanciamiento social. Al recluirnos en nuestras casas, hemos dejado de experimentar, descubrir, vivir como estábamos acostumbrados. Nos han vendido que online lo podemos hacer, pero si de algo nos ha servido la pandemia es que hemos descubierto que el mundo online es un mal necesario. Que ya no podemos vivir sin él y lo necesitamos, porque en muchos aspectos nos ayuda a realizar ciertas actividades que podemos hacerlo de una manera más cómoda, pero en ningún caso, sustituye nada. Para crear hay que vivir y esto nos lo han arrebatado fruto del miedo que aún tenemos. Y hasta que no nos quitemos ese peso, la languidez se apoderará de nuestras vidas.
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